Sabemos que el deporte es competición, es esfuerzo, es compromiso y trabajo. Cuando todo eso se junta los resultados siempre llegan, y con ellos las felicitaciones y los parabienes.
¿Siempre llegan…?
A veces no.
A veces el esfuerzo y el trabajo, hacen que el cuerpo del deportista se quiebre y diga basta. La lesión aparece en el momento más inoportuno, truncando ilusiones y trayectorias.
Pero cuando un deportista de Stadium se lesiona, no está solo. Abandona la pista renqueante camino del médico, con la seguridad de que desde el momento que entre por la puerta del consultorio, el daño va a ser menos y la comprensión más. Detrás de esa puerta, durante años, ha estado un Angel de la Guarda llamado Bernardo.
Siempre con una solución médica, con una palabra amable, convirtiendo el dolor y la rabia en tranquilidad y esperanza.
¿Cuántos deportistas han pasado por sus manos? ¿Cuántos recuerdan sus ánimos y su templanza? Seguro que no saben decir si es mejor médico o persona.
Como el tiempo es inmisericorde con todo el mundo, a Bernardo le ha llegado el momento de su jubilación, de pasar a poder disfrutar por fin, de los partidos desde la grada, sin la responsabilidad de ser el guardián de las ilusiones de tantos chicos y chicas.
Desde la sección de balonmano, queremos agradecerte infinitamente lo que has hecho por nosotros todos estos años. Todos nuestros éxitos han sido también tuyos, y todas nuestras penas han sido más dulces gracias a ti.
Enhorabuena por tu jubilación, y te esperamos en la grada del Eduardo Lastrada.