- 9º y 12º históricas posiciones del equipo femenino en las dos últimas jornadas de Liga, que no logra salvar la categoría.
- El equipo maculino brilla con un 6º y 9º puesto y mantiene la Primera División Nacional.
Tendemos siempre a relativizar aquello a lo que sin embargo dedicamos un día de la semana entero. 168 horas de una semana, casi 24 para entrenar. 24 de correr, nadar, ciclismo, gimnasio, estirar… 24 que te apartan de lo socialmente establecido para gente de nuestra edad, aunque somos un equipo multigeneracional.
Digo que relativizamos pero en realidad minusvalorámos, porque volvemos de Bañolas (Girona) de un campeonato de España con lo que pensamos que es un mal resultado, y se nos olvida que ya el hecho de estar allí es algo increíble. Se nos olvida que estamos entre los 100 mejores triatletas de nuestro país, se nos olvida que hay que clasificarse, o que correr a 3:15 o rodar a 42 por hora no es algo que pueda considerarse ordinario. Y no digamos ya terminarlo.
Este pasado fin de semana han tenido lugar en Roquetas de Mar (Almería), las dos últimas jornadas de Liga Nacional de clubes: La Copa del Rey y de la Reina que consistía en una contrarreloj por equipos, y el domingo, tres triatlones súpersprint por relevos. El objetivo estaba claro para el Stadium, masculino y femenino, ya tan acostumbrado a tirar de épica para salvar la categoría o lograr un ascenso ‘in extremis’: mantenerse en Primera División.
‘Citius, Altius, fortius!’
Vuelven los Juegos a París desde Japón, el lugar donde el Olimpismo moderno nació, producto de la imaginación y buen hacer de Coubertin. ‘Más rápido, más alto, más fuerte’ fue el lema propuesto por el Barón en 1984 ante la Sorbona. Y sí, ya hemos sacado alguna vez esta frase, pero aún con resaca del pandémico Tokio2020, parece que bien hemos explotado la marca año tras año.
Marchó bien engrasada la máquina el sábado, al son de un tambor llamado Zorrilla, que pone los watios y el que puede se sube al tren, que no espera. Billete en mano para el Mundial de duatlón de Avilés para el que resta un mes, un chute de dopamina, que de calidad va sobrado. El trabajo estaba hecho y salió a relucir, por un equipo que se conoce de hace años, todos cantera, sin fichajes ni alaridos; amigos de verdad que saben hasta dónde hay que apretar sin explotar o cuando hay que seguir haciéndolo. Fernando, Magallón, Gibson (que puede estudiar en Galés pero es más maño que la Ámbar), Jaime y los Tolosa; que aguantan más o se descuelgan extenuados, según donde aguantan sus ganas tras una temporada que empieza en enero. Un suplicio. El único requisito, llegar cuatro a meta, y se logra, vaya si se logra, para un sexto puesto histórico para los verdes en primera división.
Conviene no relativizar, porque sí, sextos de España, pero aún resuena el hecho de un ascenso épico y por los pelos hace escasamente dos años en Sevilla. Y lo que viene; cada vez más rápidos, cada vez más fuertes.
El domingo llegó la tormenta, el caos y la anarquía. Triatlón por relevos con tres contendientes por equipos. Tras la calma chicha del sábado y los watios controlados, llegó la tempestad; el mundo al revés. Triatlones súpersprint, sinónimo de demarrages, negociar cada curva y lactato por las nubes. Zorrilla para Gibson y Gibson para Daniel Tolosa, una gran actuación de los tres zagueros y un 9º puesto de Primera División Nacional.
Volveremos
Recién ascendidas y de rebote, pandemia mediante, el equipo femenino tenía un objetivo: aprender sobreviviendo. En un deporte de tres deportes, llegó a Roquetas un equipo de fortalezas individuales dispares, y que sin embargo dio un resultado bien motivador. Claudia, Irene, Gala, Paula e Irati contra el viento, selectividad de por medio… el año era complejo. En busca de la épica, acudimos a Roquetas con una ínfima posibilidad de resistir en Primera, y se escurrió la posibilidad al máximo, obteniendo posiciones femeninas nunca antes logradas, y venciendo a rivales directas que consiguieron salvar la categoría. 9º de España en la Copa de la Reina, el trío Claudia-Irene-Gala sacaron una 12º por relevos.
Con un equipo joven y una Escuela referente en Aragón, el año que viene el objetivo es claro: volver.
Roquetas de Mar (Almería) // J. Tolosa