Crónica salida Travesía a Satué – Yebra de Basa
Como decíamos ayer…
con la misma puntualidad, las mismas caras de alegría al vernos, nos volvemos a encontrar… esta vez junto al museo Pablo Serrano, donde estamos citados de nuevo para a las 7:00 horas, partir hacia nuestra nueva aventura…
El mismo conductor, se deja reconocer tras su mascarilla…
Los mismos asientos que pacientes nos esperan, a que poco a poco nos vayamos acomodando en ellos…
Otra vez alternos, otra vez la mitad del aforo… sin estado de alarma ya, pero con las mismas medidas de seguridad y respeto…
Suavemente arranca el motor y sin darnos cuenta nos vemos en la carretera…
Entre luces, hora temprana pero no oscura, con un toldo de nubes que nos acompaña todo el trayecto, y que convierte el paisaje en gris…
Igual que ayer, hacemos la parada tradicional, siempre se cumple, para el café previo a la excursión, hoy en Sabiñánigo, casi un clásico también… Nos agrada recordarlo y nos provoca sonrisas y carcajadas… Paramos en «mi casa»…
Hablamos de vacunas, entramos por edad algunos, por trabajo esencial otros…
Subimos al bus, que está moteado por finas gotas de lluvia… las mismas que nos motean a nosotros…
Llegamos a Satue, y las finas gotas de lluvia también…
Foto clásica de grupo, como la de ayer…
Preparados con chubasqueros, emprendemos la ruta por el sendero…
Un sendero precioso que no nos dejará, hasta que cumplamos el desnivel previsto de subida… todo entre bosque…
Tierra mojada, hojas que la cubren, púas de pinos, setas, piñas secas muy pequeñas y muchas, musgo, líquenes… todo formando un cómodo tapiz, sobre el que nuestros pies se desplazan… color amarillo de la aliaga, y su fragancia también…
Ascensos a veces pronunciados, bajadas que nos auguran nuevos ascensos, susurros de agua, riachuelos, suaves barrancos que cruzamos sin dificultad, paredes de piedras unidas con más piedras, como formando unidades familiares o colectivos de una comunidad pedreste… son fuertes… marcan identidad al terreno… causan respeto…
La claridad nos anuncia que hemos cumplido el desnivel… Llegamos a lo alto del monte, Santa Orosia, praderas, arboledas… las tres antenas… y la cruz… la vemos pero no llegamos, otro día será…
Parada en la ermita de Santa Orosia, majestuosa, con sólida construcción, haciendo honor a la devoción que los pueblos de la zona tienen por ella…
Descansamos y comemos un poco…
De nuevo en marcha, más ligeros, vamos de bajada…
Bajada contínua, bastante pronunciada, nos hace ir con cuidado por la humedad del terreno, cubierto de innumerables piedras hasta el final…
Vamos pasado por las demás ermitas, Santa Bárbara, San Blas…
Fotos y más fotos en la cascada, cuya cortina de agua nos llena de admiración…
Pura vida es lo que se siente en ése mágico lugar…
El desnivel nos deja ver el enclave de las ermitas en las verticales paredes, y la amplitud del paisaje, los campos verdes, alguno amarillo, margas grises con singulares formas, erizones, arbustos amarillos, flores, muchas flores… La aliaga es protagonista esta vez, por su frondoso e intenso color amarillo así como por su perfume…
Huele a primavera…
El camino abierto, también nos muestra el trayecto de bajada, cuya silueta aparece a lo largo de la ladera…
No nos importa, poco a poco llegaremos al final, lo más importante es disfrutar de cada paso del camino… de cada excursión… y esta excursión es preciosa…
Nuestro conductor nos está esperando, en Yebra de Basa, siempre fiel, nos acerca de nuevo a Sabiñánigo, para comer, en terraza, guardando la distancia de seguridad entre mesas… con unas merecidas jarras de cerveza, un clásico también…
Con sorpresa al postre, hoy toca cumpleaños, y se nos ofrecen unos pastelitos con el café, para celebrar la onomástica de nuestra querida amiga montañera… Mila es la protagonista…
Ya de regreso en el bus, entonamos cumpleaños feliz…
Como decíamos ayer… hay cosas que no se olvidan, sea cual sea la situación por las que en un momento, puedan quedar paralizadas… Si quieres puedes!!
La naturaleza nos espera siempre, es nuestra responsabilidad respetarla…
Gracias a todos, por hacer tan agradable un día de excursión, y gracias al jefe y organizadores que nos permiten disfrutar de ellas…