En esta ocasión, la Sección de Montaña, tenía previsto llegar hasta el Pico de Tucón Royo ó Pavots.
Dejamos los coches en el aparcamiento de Eriste, para desde ahí comenzar la subida hacia el Refugio Ángel Orús (2.148 m). Lo primero sorprendente, es la Cascada de Espigantosa, ubicada en la cuenca del río Eriste. La combinación de agua y vegetación siempre da lugar a pararse y observar.
Esta vez, se llegó a buena hora al refugio, dando paso a una tarde relajada, en la que se conversaba en un ambiente tranquilo rodeados de las montañas del Parque Natural de Posets-Maladeta.
En la contundente cena, hubo una celebración, tras ello guiñote, observación de estrellas y más relax.
Se durmió en una habitación abuhardillada muy bonita, pero al estar en el piso más alto del refugio la duda era “si se haría más ejercicio ese día al subir y bajar de la habitación o al día siguiente….”.
Antes de las seis ya nos fuimos levantando para salir pronto hacia nuestra meta.
El comienzo de la ruta se compartió con otros senderistas, que en su mayor parte, iban al Posets.
Parada obligatoria por las vistas (por lo que se aprovechó para el salto de rigor), fue en el Ibón Llardaneta, que si estaba bonito a primera hora del día, más aún lo estaba a la vuelta del Pavots, en el que se divisaba una media luna azulada rodeada de nieve.
La subida al pico es entretenida por los diferentes paisajes por los que se atraviesa, se pasa de la gran cantidad de vegetación que rodea el Refugio Ángel Orús a los senderos de piedra y de ahí tras atravesar tramos con nieve a la última subida ya totalmente en nieve (una vez puestos los crampones).
Como no, llegamos a los 3.121 metros, lo conseguimos!!! Tras los abrazos pertinentes de alegría hicimos fotos señalando los picos que se veían desde ese punto: el Posets, el Aneto, el Espadas, el Bachimala, el de la Forqueta….el bonito Valle de Viadós, el ibón de Millares…y con un poco de esfuerzo el Macizo de las tres Sorores.
De todo el grupo, había una persona que hacía por primera vez un tres mil. En buena compañía y con grandes padrinos, tras bajar el bastón, el maestro pronunció:
“En el límite de la tierra y el cielo, reconocemos a esta mujer, que ha llegado hasta la cima sin más ayuda que su esfuerzo y su voluntad.
Aquí, en el mejor campo de enseñanza, se compromete con estas montañas:
– Protegerás las montañas y todo que hay en ellas.
– No abandonarás a tus compañeros de ascensión, ni aún a costa de tu gloria.
– Mantendrás tu formación física y técnica.
– Trasmitirás tus conocimientos de montañas sin recibir nada a cambio.
Si te consideras una dama, las montañas te permitirán seguir visitándolas. Si no, te verás relegada a vivir en el fondo de los valles como uno más.
Así pues, con este piolet y ante estos testigos te nombro Dama de la montaña……….te agarras al piolet y te levantas…..”.
Para todos, pero quizás más para esta persona, fue un gran día (dicen que la primera vez nunca se olvida y mucho más cuando cuesta esfuerzo). Dedicó su ascensión a la gran Sección de Montaña del Club Casablanca, a los amigos que ahí estaban y al resto de amigos de dicha Sección, que tanto le han enseñado a amar la montaña, además de ayudado, como no, a conseguir otras metas en montaña, arropada de buenas conversaciones.
La vuelta hacia el refugio tuvo cierta complejidad inicialmente, primero por piedra para seguir por una gran pendiente nevada.
Parte del grupo se adelantó al Diente Royo (3.010 metros), para enseguida alcanzar al resto del grupo.
Volvimos de nuevo al refugio, donde comimos, brindamos por varios temas, y tras ello ya bajamos de nuevo hasta el punto de partida.
Fue un gran día y un gran fin de semana rodeados de un precioso entorno de montaña.
Gracias a todos!!